martes, 1 de abril de 2014

Incidentes en Georgias del Sur

 
Incidentes en Georgias del Sur

El incidente de las Islas Georgias del Sur, que aparentemente fue el elemento desencadenante del conflicto en Malvinas, estuvo ligado estrechamente con una operación comercial privada gestada por un comerciante argentino llamado Constantino Davidoff, consistente en el desguace de los puestos balleneros pertenecientes a una empresa británica ubicados en la Isla San Pedro.

Davidoff firmó contrato con la empresa "Salvensen Limited" de Edimburgo, el cual quedó protocolizado ante el escribano Ian Roger Frame el 19-SET-79 con vigencia hasta el 31-MAR-83.

En octubre de 1979, el comerciante argentino se puso en contacto con las autoridades de Puerto Stanley (Puerto Argentino), a fin de ponerlas en conocimiento de la existencia del mencionado contrato y sondear la posibilidad de alquilar una embarcación para transportar la chatarra obtenida del desguace de las factorías, a lo cual las autoridades locales se negaron.

Informado nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores de las actividades del señor Davidoff, el Director de Antártida y Malvinas de dicha Cartera de Estado, Embajador Blanco, elevó un memorándum con fecha 10-AGO-81 al Subsecretario de Relaciones Exteriores, por el cual se recomendaba la aprobación de las actividades de la empresa privada argentina en las Islas Georgias del Sur y se aconsejaba a la Armada darle su apoyo
Acordado el traslado de Davidoff y un grupo reducido de gente para evaluar los trabajos a realizar, el 15-DIC-81 zarpó de Buenos Aires el A.R.A. "Almirante Irizar". Arribó a Bahía Stromness el día 18-DIC-81.

El Grupo Davidoff permaneció en Puerto Leith durante varias horas, siendo luego transportado a Ushuaia, desde donde se trasladó a Buenos Aires por vía aérea.
Luego Puerto Argentino.

Obreros argentinos en Georgias del Sur
 Al regresar a Buenos Aires el señor Davidoff, quien había viajado a Puerto Leith con autorización de la Embajada Británica en esta Capital, fue llamado por el Embajador Británico Williams, quien le advirtió que debía haberse presentado en Grytviken al llegar a la isla San Pedro, pero el incidente no pasó a mayores.
A todo esto el C.O.N. había iniciado la planificación del asentamiento de un grupo científico en la isla San Pedro, semejante a lo realizado en las islas Sandwichs del Sur en 1976.

Al tenerse conocimiento en dicho Comando de la "Operación Davidoff" se consideró la posibilidad de agregar el grupo científico (que se denominó "Alfa") aprovechando la permanencia de los obreros.

El Grupo "Alfa", con un total de 15 hombres al mando del TN Astiz, permaneció en Tierra del Fuego afectado a la Campaña Antártica en tarea de adiestramiento y debía ser trasladado a Puerto Leith a la finalización de ésta.

Las instrucciones para este grupo fueron oportunamente impartidas por la Jefatura de Operaciones del Estado Mayor Naval

•El 9 de marzo de 1982, Davidoff informa a la embajada británica en Buenos Aires que sus hombres zarparan a Georgias dándoles la fecha de zarpada, el buque con el que irían y anunciando su llegada para el 20 de marzo en Georgias;

•El 10 de marzo, el secretario de Embajada Hickson (que además era consejero especial del consejo de las islas y gran amigo del Grupo de Presión y del gobernador ilegal de Malvinas Rex Hunt), viajó a las Malvinas y procedió a reunirse a puertas cerradas con el gobernador, el Secretario Colonial Dick Baker, todos los miembros del Falkland Island Committee local, el comandante de las milicias locales y el comandante del destacamento militar inglés en ese momento. A los pocos días se uniría a este grupo Lord Buxton proveniente de Londres y el capitán Barker del Endurance;

•El 17 de marzo, Hunt ordena al HMS Endurance que deje su puesto en las Islas Georgias del Sur y navegue a Malvinas. Este es un dato curioso porque esa misma semana, el HMS Endurance tuvo que reprimir a un grupo de franceses que estaban disparando armas y matando renos en Georgias del Sur;

•El 18 de marzo, los hombres del British Antartic Survey (BAS) en Grytviken, Georgias, salen a recorrer la isla en “busca de los argentinos”. Es obvio que estaban esperando su llegada por la información dada por Hickson a Hunt el día 10 de marzo y retransmitida al BAS y al Endurance por Hunt. Lo curioso es preguntarse por qué el gobernador no deja al Endurance en Georgias y ordena prohibir el desembarco de los argentinos. Esto hubiese sido posible ya que el buque inglés estaba en las Georgias hasta el 17 de marzo y ya había tenido un rol parecido ese mismo día disuadiendo a los franceses mencionados previamente. En pocas palabras, es como si Hunt deseaba que los argentinos pudiesen desembarcar sin ningún tipo de oposición;

•El 19 de marzo, el HMS Endurance arriba a las Islas Malvinas y su capitán se reúne con todos los miembros activos del comité de las Falklands en Malvinas. También llega a Malvinas uno de los miembros fundadores del grupo de presión, Lord Buxton, que se reúne con los mismos. Esta reunión tuvo lugar un día antes que desembarcaran los argentinos en Georgias;

•El 20 de marzo, el grupo de Davidoff llega a las Georgias y desembarca observados por el BAS que dialogan con ellos y les piden que no coloquen ningún símbolo argentino en el espacio de las balleneras; los argentinos cumplen con todos los pedidos de la BAS.
La información periodística consignó que los obreros descendieron del barco y enarbolaron la bandera nacional en un mástil, aunque Davidoff negó este hecho, aduciendo que cuando sus hombres desembarcaron, la bandera ya ondeaba en el lugar. Por otra parte, si bien los obreros llevaban una bandera argentina, ésta se hallaba en el contenedor, en esos momentos aún a bordo del buque. De cualquier forma, el izamiento de la bandera no provocó problemas mayores, habida cuenta que la enseña fue arriada poco después, a pedido del personal británico.

El mismo día y casi a la misma hora, el comité de las Falklands en Malvinas manda instrucciones a sus colegas en Londres y en la embajada en Buenos Aires pidiendo acción enérgica para expulsar a los argentinos. Se logra así la primera mención sensacionalista en los periódicos ingleses de ese día, prácticamente al mismo momento del desembarco en Georgias. Los diarios entonces hablan de “invasión a territorio inglés”. Esa misma noche, un grupo de kelpers ataca la oficina de LADE en Puerto Stanley(Puerto Argentino) como “represalia” a la “invasión” de las Georgias. Esa noche llega el ARA Isla de los Estados en su visita habitual a Malvinas y el jefe de policía de Stanley (Puerto Argentino) lo aborda para inspeccionarlo, procedimiento poco frecuente en las visitas de ese buque a la isla.

•El 21 de marzo a la mañana, zarpa el HMS Endurance con órdenes de Hunt de echar a los argentinos de las Georgias. Abordo, el Endurance lleva un contingente de soldados y aparentemente también a un comandante ingles que arribó de Londres el día anterior, el comandante Francis Ponsonby del Ministerio de Defensa.

Asimismo se empiezan a movilizar los dos buques de la BAS, uno desde Punta Arenas y otro desde Montevideo. El buque BAS de Montevideo sirve como carguero militar trayendo a Malvinas un segundo contingente de tropas británicas que estaban en Uruguay en ese momento. El gobernador, ilegal de Malvinas, Rex Hunt informa por radio popular a todos los isleños que la Argentina había desembarcado en Georgias en forma ilegal y que los argentinos se estaban portando en forma impropia, disparando armas de fuego y matando renos en dicha isla (recordar que esto fue textualmente lo que hicieron los franceses unos días antes. Es decir, no lo hicieron los argentinos, pero se usaron esos hechos etiquetándolos a los hombres de Davidoff). Hunt también informa a los Kelpers en Malvinas que se había pedido a la Argentina que retirara al Bahía Buen Suceso de las Georgias en las próximas 24 horas y que el HMS Endurance había zarpado esa mañana para asegurar que así se hiciera. El Endurance demoraría 48 horas en llegar por lo que la evicción se esperaba para el día 23 de marzo;

•El 22 de marzo, el ARA Buen Suceso abandonó las Georgias al haber cumplido con el desembarco de los obreros. No había militares argentinos en ese desembarco. En Londres ya aparecían los primeros matutinos con noticias con títulos como “Los barcos eliminados navegan para proteger la soberanía”. Esto era necesario para generar la presión que conducirá al debate sobre Malvinas (y no Georgias) en el Parlamento al día siguiente;

•El 23 de marzo, los miembros conservadores del Grupo de Presión en el Parlamento inglés levantaron el lema de los diarios y discutieron la cuestión Malvinas (no las Georgias) ese día. Se consiguieron así 91 votos parlamentarios exigiendo al gobierno la revalorización del Atlántico Sur, la permanencia del Endurance y de la BAS en ese territorio “británico”, el aumento de la fuerza militar en las Malvinas para incluir por lo menos cuatro buques y un submarino nuclear, la construcción de una pista de aterrizaje adecuada a vuelos trasatlánticos y la ruptura definitiva de toda negociación con la Argentina que no contemplase la autodeterminación de los isleños. En vista de lo ocurrido, el Foreign Office avisó a la Argentina que estaba obligada a reconfirmar la orden de evicción de los argentinos de las Georgias utilizando el HMS Endurance y que esto se haría en las próximas 48 horas. No importó mínimamente que el Buque ARA Buen Suceso se hubiera ido de las Georgias el día anterior. La Junta Militar se reunió la noche del 23 de marzo en Buenos Aires y ordenó el desvío del ARA Bahía Paraíso, buque que estaba transportando barriles de gasolina a las Orcadas del Sur donde existía un contingente de unos diez marinos desde hacia un tiempo (la Argentina había estado en bases en la zona desde 1976). La instrucción fue tratar de llegar antes del HMS Endurance para proteger a los trabajadores argentinos.

•El 24 de marzo: el ARA Bahía Paraíso recogió a los pocos militares que estaban en las Orcadas y navegó a las Georgias arribando en la medianoche del 24, seis horas antes de que el Endurance pudiese cumplir con su cometido de evicción. La demora con el Endurance se debió a que el mismo paró en Grytviken por órdenes de Londres para tratar de controlar la escalada. Pero esto no se logró ni en Londres ni en Buenos Aires. La oferta inglesa era: esperar en Grytviken por unas horas a que los argentinos retiraran los obreros; la oferta argentina era que los obreros caminaran a Grytviken y sellaran sus Tarjetas Blancas. La contraoferta de Londres fue que sellaran sus pasaportes. Esto último era inaceptable. En ese momento llegó el Bahía Paraíso, que se interpuso ante el Endurance para proteger a los trabajadores y desembarcó a sus militares a tal efecto. A todo esto, existían frenéticas negociaciones entre Buenos Aires y Londres para intentar controlar la situación pero los tiempos y las escaladas en la prensa y en el parlamento inglés no dieron espacio de maniobra a la diplomacia. Es decir, no se podía actuar libremente con todo lo negociable saliendo a la prensa en Londres a través de informadores dentro de los ministerios que servían a los intereses del Grupo de Presión de las Islas Malvinas y que no tenían ninguna intención de darle espacio a la diplomacia para resolver el incidente en forma digna para ambas partes.

•El 25 de marzo: la prensa europea comienza a generar información de que está zarpando de Gibraltar una flota inglesa hacia las Malvinas y que los primeros dos submarinos nucleares habrían zarpado ya al área. En camino estaban las naves del BAS de Montevideo y Punta Arenas que habían zarpado dos días antes.

•El 26 de marzo: la Junta Militar pidió la opinión de todos los jefes del Estado Mayor de las FF AA acerca de la posibilidad inmediata de una intervención en las Malvinas. La respuesta fue unánime y positiva siempre que la intervención fuera breve y considerara una lucha demasiado prolongada en el tiempo una vez recuperadas las islas. Se tomó pues la decisión y se dio la orden de zarpada a la flota con efectividad 48 horas después, el tiempo que los jefes operativos habían establecido como mínimo para poder reunir la flota de la recuperación. El día de la zarpada automáticamente quedó sentado para el 28 de marzo. El objetivo era arribar a las Malvinas el día 1 de abril o en su defecto el 2 de abril. El último momento para poder detener la fuerza que convergía sobre Malvinas eran las 1800 horas (Buenos Aires) del 31 de marzo de 1982. Si la situación diplomática se distendía aún se podría evitar la toma de Malvinas por la fuerza.


•27 al 31 de marzo: desde Londres surgen varias noticias, algunas de las cuales se escaparon del control de los ministerios de Relaciones Exteriores y de Defensa, y entraron en la prensa local. Todas ellas confirmaban la zarpada de elementos de una fuerza de tarea considerable, buques logísticos y submarinos hacia las Malvinas (no las Georgias) a partir del 25 de marzo. En Londres, al comienzo hubo preocupación por la filtración de las novedades a la prensa pero luego se juzgó que quizás serviría para desalentar a la Argentina de cualquier uso de la fuerza y mostraría resolución del gobierno inglés frente a su propio electorado por lo que ninguna de esas filtraciones fueron negadas por los medios oficiales. Era claro para ambos actores –Argentina y Gran Bretaña– que a partir del 24 de marzo la crisis no se estaba enfocando en las Georgias sino que se había trasladado a las Malvinas. La última opción negociadora en Georgias había sido negada por el gobierno inglés (el sellado de las Tarjetas Blancas de los obreros de Davidoff, descripto más arriba); no hubo luego otra opción de ninguna de las dos partes. Es posible decir que ambos lados del conflicto concentraron su atención en una maniobra del uso de la fuerza militar en las Malvinas. Se convirtió en una carrera en el tiempo, a ver quién llegaba primero…

En conclusión, la situación conflictiva presenta dos hechos fundamentales:

a. El Reino Unido ocupó por la fuerza en 1833 un territorio perteneciente a la República Argentina. Esto es históricamente irreversible.

b. Desde entonces a despecho de cuanta negociación se haya realizado Gran Bretaña ocupa las islas por la fuerza y pretende seguir haciéndolo.

Argentina no renunció jamás a su derecho y reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas. El conflicto de Malvinas, tampoco definió soberanía británica ni anuló ningún reclamo que es reconocido por Naciones Unidas. La renuencia del Reino Unido a la negociación por nuestras islas usurpadas, se basan en excusas infundadas e irrisorias que apuntan solo a pretender algún tipo de reconocimiento a partir de una ocupación ilegal de Malvinas y proyectar sus ambiciones sobre el continente antártico. Negar el conflicto no hará que desaparezca. El Reino Unido no tienen ningún justificativo legal para sostener su enclave colonial en nuestrao Atlántico Sur.

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