martes, 3 de enero de 2017

Malvinas y la usurpación británica hoy


Malvinas y la usurpación británica hoy

A 184 años de la usurpación británica de las Islas Malvinas, queda claro que el invasor colonialista británico, quiere seguir fingiendo que no tiene ningún conflicto que resolver con Argentina respecto a Malvinas, Georgias, Sandwichs del Sur y espacios marítimos circundantes. El atropello colonial que realizan sobre estos territorios argentinos, demuestra la impunidad y arbitrariedad británica.

No respetar, por parte del Reino Unido, las resoluciones del Comité de Descolonización que llama a comenzar las negociaciones sobre la disputa de soberanía existente, con Argentina, sobre las Islas Malvinas, no deja a la diplomacia británica muy bien vista, en este conflicto. Además de intentar desvirtuar la disputa de soberanía con la Argentina, negándolo e inventando una falsa causa kelper de autodeterminación.

La propaganda colonialista repite que respetan el derecho de autodeterminación de los kelper, que es inaplicable e inexistente, mientras desoye lo que establece Naciones Unidas donde se dejó en claro que ninguna de las partes deben innovar sobre el suelo en disputa. Siendo Malvinas un caso de descolonización, donde los kelpers no son sujeto de derecho, sino objeto., lo que en el derecho internacional, significa que los kelpers no son pueblo para decidir sobre el suelo bajo disputa por ser una población colonial, que fue implantada desde la metrópoli luego de que Gran Bretaña usurpe las islas el 3 de enero de 1833.

Los kelper son funcionales a la propaganda británica y fueron parte de la farsa colonialista participando en un referendo irrelevante e inventado para desviar el eje del conflicto, intentando disfrazar de legal, las voluntades de los kelpers que fueron traídos por el propio invasor británico y sean el pretexto para no hablar de soberanía. Siendo dicho conflicto de soberanía no referido a los kelpers sino al suelo y las aguas que están siendo usurpadas por el Reino Unido. Con el referendo kelper, no se resolvió nada ni fue reconocido por ningún país. Una maniobra para intentar disfrazar de legal, una usurpación, con un referendo totalmente irrelevante, que no aporta nada a la resolución del conflicto de soberanía sobre la zona en disputa con Argentina y que además no tiene valor alguno, sumado a que también desoyen las resoluciones que llaman todos los años a que comiencen las negociaciones bilaterales entre Argentina y el Reino unido para resolver el conflicto de soberanía.

Mucho se habla del conflicto armado en Malvinas, pero poco de las actitudes dilatorias y arrogantes de los británicos antes del conflicto bélico. Cuando decían querer solucionar la disputa con Argentina, y enviaban a buques a explorar dentro del Mar Argentino para especular con la prospección petrolera en la zona, como fue el caso Shackleton de principios de febrero de 1976.

La intransigencia británica de no hablar de soberanía, es la prolongación de lo que viene haciendo desde antes del conflicto armado de 1982, y demuestra que no quiere resolver el conflicto con Argentina sino que lo intentan presentar como de ¨hechos consumados¨.

La mentira de que hay que seducir a los kelpers, o respetar la decisión del referendo irrelevante, del cual la parte Argentina no tuvo ninguna participación ni responde a ninguna de las disposiciones impuestas por el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas y que quieren imponer como una verdad revelada, demuestra lo flojo de argumentos y de papeles que está el Reino Unido, que solo se sostiene por la fuerza sobre Malvinas.

Allanarle el camino a los británicos, con más concesiones a cambio de nada, bajo la creencia que así se logrará solucionar un conflicto de soberanía, que vienen dilatando y donde sienten que no tienen consecuencias alguna por seguir prologándolo, deja a la Argentina con menos poder de decisión que antes.

Tras el Brexit los británicos buscan seguir sosteniendo, la usurpación de Malvinas, con más conexiones con el Reino Unido a través de más vuelos directos, vía Brasil, que Argentina estaría dispuesta a permitirles. Es decir se está reforzando los vínculos con Gran Bretaña y a la vez que, con países de la región, en vez de trazar una estrategia que restrinja el poder económico y obstaculice el vínculo con los británicos, como método de presión y de protesta contra la arbitrariedad colonial. Con el Brexit es probable que a los kelpers se le cierren las facilidades que tenían cuando el Reino Unido permanecía dentro de la Unión Europea.

Argentina también debe protestar, no solamente ante el Reino Unido, sino también ante España para que prohíba a sus pesqueros gallegos, venir a pescar en aguas en torno a Malvinas con licencias ilegales impartidas por los kelpers. Toneladas de calamar illex que le dejan un botín de millones a la oligarquía kelper, hacen que no quieran negociar ante los grandes beneficios  monetarios que reciben producto del saqueo pesquero en aguas del Mar Argentino, que nunca estuvieron en disputa y que el Reino Unido se apropió unilateralmente, a partir de 1986.

No quedan dudas que las Islas Malvinas se encuentran dentro de la plataforma continental de la República Argentina y que  la presencia ilegal británica, en las islas, es un acto de prepotencia irracional, sobre un territorio en disputa que no se resolverá con actitudes unilaterales británicas. La presencia de la militarización con una base de la OTAN en pleno Atlántico Sur, impuesta por el Reino Unido, quién no tiene títulos de soberanía e impone su postura colonial por la fuerza y la farsa, disfrazándose de víctima, a través de los kelpers, una colonia implantada por ellos para justificar una usurpación repudiable, que no es sostenible desde ningún aspecto y con el que intentan ocultar el tema central, como el de la soberanía y de los hechos históricos que demuestran que el reclamo argentino es sólido y justo.

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